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periferias 7 | desaprisionar la cárcel

Prisiones en Rojava

Prácticas restaurativas son la base para prisiones de civiles y para prisioneros de ISIS

Abir Khaled

| Siria |

diciembre de 2022

traducido por Ana Rivas

introducción por Centro de Información de Rojava (RIC)

En 2022, la "Revolución de Rojava" celebra su décimo aniversario. En la última década, Rojava pasó de ser un proyecto de autonomía kurda a un sistema democrático funcional de base, que abarca casi un tercio de Siria y millones de sirios de diversos credos y etnias. Rojava, llamada actualmente de Norte y Este de Siria (NES), también se ha convertido en el baluarte mundial contra la amenaza de ISIS. Con la derrota territorial de ISIS por parte de las Fuerzas Democráticas Sirias de NES en 2019, la comunidad internacional ha considerado que la guerra contra ISIS es un hecho consumado, pero decenas de miles de personas vinculadas a ISIS permanecen bajo la custodia de las Fuerzas Democraticas Sirias (o Syrian Defence Forces, SDF por su sigla en inglés). 

Cerca de 11.200 exmiembros masculinos de ISIS están en prisiones en NES, aunque apenas 3.000 han sido juzgados. La Administración Autónoma de NES ha establecido cuatro prisiones para los detenidos de ISIS: Alay (Qamishli), Ghweiran (Heseke), Raqqa y Manbij (compartido), mientras que existen tres prisiones para civiles: Kobane, Manbij (compartido) y Derik. También existen al menos veinte y cuatro instalaciones informales para prisioneros de ISIS que aún no han sido juzgados. Además, más de 58.000 mujeres y niños vinculados a ISIS languidecen en dos campos de detención al aire libre, donde la violencia es común y las nuevas generaciones de yihadistas están siendo radicalizados. Los iraquíes constituyen alrededor de 31.000 de todos los detenidos de ISIS, mientras las personas de los llamados países del tercer mundo son alrededor de 10.000.

A pesar de esto, financiamiento, misiones de repatriación y apoyo a un mecanismo judicial internacional para juzgar a los individuos de ISIS por otros países son difíciles de accesarlos y obtenerlos. Las prisiones y campamentos de ISIS de NES son una bomba de tiempo: en enero de 2022, ISIS realizó un ataque a gran escala para liberar a sus compañeros combatientes. Más de 200 personas murieron durante la defensa de la ciudad. ISIS ha prometido realizar un ataque similar en el campo de Hol, que alberga a 55.000 detenidos.

De igual importancia es la guerra constante de Turquía contra la región, que se ha traducido en dos invasiones a gran escala en 2018 y 2019. Durante el año de 2019, decenas de detenidos de ISIS escaparon ya que las prisiones tuvieron que quedar sin vigilancia. En el verano de 2022, Turquía anunció una vez más que invadiría NES. Las SDF han advertido que no pueden pelear una guerra y vigilar a los detenidos de ISIS al mismo tiempo.


El sistema penitenciario en el norte y el este de Siria son en realidad dos sistemas paralelos. Por un lado, están las cárceles civiles, las que lidian con los crímenes cotidianos. Estas prisiones siguen el modelo de encarcelamiento tradicional, pero esperamos que algún día sean cerradas por obsoletas. Cerca de 2.700 personas ocupan estas prisiones. En algunos lugares en particular, las prisiones tradicionales han sido sustituidas por instalaciones educativas, donde quienes cometen delitos leen y discuten, pero son libres de irse en cualquier momento. Este modelo aún no se ha implementado de forma generalizada.

Dentro de los propios muros de la prisión, la diferencia más importante entre nuestro enfoque y el del régimen sirio es que ponemos un fuerte énfasis en el bienestar de los presos. En las prisiones sirias, las personas pueden estar recluidas durante años sin pasar por los tribunales, los prisioneros están encarcelados en condiciones horribles, son torturados, mueren y a veces son olvidados. Ponemos un fuerte énfasis en proporcionar una prisión adecuada y cumplir los estándares contemplados en la ley.

Más importante aún, nuestro enfoque revolucionario radica en las formas en que se aborda el crimen antes de que llegue a los tribunales. Los comités de reconciliación y las Casas de la Mujer (para asuntos domésticos) han tenido mucho éxito en detener el conflicto antes de que se convierta en crimen y brindar alternativas al encarcelamiento. 

Existe un sistema paralelo al sistema de encarcelamiento civil, muchas veces mayor. Este es nuestro problema de terrorismo. El norte y este de Siria tiene hoy 3.000 convictos de ISIS en prisión, y muchas veces ese mismo número de personas esperando ser juzgadas en los tribunales. Las Unidades de Protección Popular o (People's Protection Units, YPG por su sigla en inglés) y las Unidades de Protección de las Mujeres (o Women's Protection Units, YPJ por su sigla en inglés) liberaron a la mayor parte de Siria de la amenaza de ISIS y, como resultado, hoy tenemos decenas de miles de sospechosos de ISIS bajo nuestra custodia. Debido a nuestros altos estándares legales, nos resulta imposible juzgarlos y condenarlos cumpliendo el proceso de forma idónea, ya que cada caso puede llevar varios meses o años para investigar y llegar a término.

Esta prisión en la que nos encontramos, por ejemplo, la prisión de Ghweiran, solo alberga a presidiarios juzgados y es relativamente pequeña. La prisión de Al Sina, a unos 2 km de distancia, que fue donde ISIS realizó un ataque en enero, tiene un número mucho mayor de detenidos. Después de los ataques, hemos tratado de separar aún más los presos civiles de los terroristas. Desde el ataque, tuvimos que eliminar los privilegios básicos de los presos por razones de seguridad, como las visitas familiares y las llamadas telefónicas, pero no es necesario aplicar estas medidas a los presos civiles.

Sin embargo, en términos generales, tratamos de mantener altos estándares, incluso para los prisioneros de ISIS. Brindamos servicios médicos, comida, televisión, aire acondicionado, ejercicio en el patio, muchas cosas que incluso los ciudadanos normales en NES no tienen. Agresión y violencia están prohibidos. Ha habido casos aislados, pero tomamos medidas para prevenirlos y reaccionamos cuando suceden esas cosas. En cada celda, según el tamaño, hay entre 35 y 50 prisioneros. Reconocemos que las celdas están bastante llenas; tenemos demasiados prisioneros y no suficientes prisiones. Por eso nos vemos obligados a transformar otros edificios en prisiones. La Administración Autónoma del Noreste de Siria (AANES) está financiando todo esto. La Coalición Internacional nos proporciona fondos limitados, pero, aparte de eso, las necesidades de decenas de miles de detenidos de ISIS están siendo pagadas por la AANES. Este es un dinero que debería gastarse en la sociedad.

Sin embargo, incluso con ISIS, intentamos introducir métodos restaurativos. Brindamos educación a muchos detenidos de ISIS. Personas que solo habían aprendido bajo el modelo de ISIS están aprendiendo a leer y escribir. Consideramos que la educación tiene una importancia enorme, pero carecemos de los medios para expandir este sistema. Con relación a los presos civiles, nos enfocamos en los temas de ética y sociedad; referente a los detenidos de ISIS, centramos su educación en el islam, pero bajo una visión más democrática de la religión. También les enseñamos nuestra ideología y, sobre todo, los principios de la democracia. Incluso les leemos libros de Abdullah Öcalan.

Sin embargo, vemos que muchos prisioneros de ISIS todavía poseen un inmenso prejuicio contra los kurdos. ISIS les ha enseñado que los kurdos son malos, que no creen en Dios, que son diferentes a los árabes. A través del contacto diario entre los prisioneros y los guardias, las conversaciones y la educación que reciben, los prisioneros de ISIS llegan a ver a los kurdos como seres humanos y se arrepienten con frecuencia. Este sentimiento a menudo es expresado por excombatientes de ISIS de regiones donde rara vez interactúan con los kurdos, como Homs e Idlib.

También tratamos de sacar a los niños de este sistema. Ya hay un centro de rehabilitación para menores que crecieron bajo ISIS; un segundo está en construcción. Varios niños delincuentes también son atendidos en este centro de rehabilitación, aunque se mantienen separados de los niños provenientes de ISIS. Los niños pueden permanecer en estos centros durante siete años ya que les brindan educación y apoyo psicológico para rehabilitarlos en la sociedad, mientras mantienen el vínculo y el diálogo con sus familias. Les enseñamos a leer y escribir, y les hablamos de ética. Save the Children es codirector del centro; hacen un buen trabajo. Para aquellos niños liberados, después de la rehabilitación, que aún enfrentan dificultades, pueden recibir ayuda en las Casas de la Mujer, donde los pueden ayudar con asuntos domésticos. Si los problemas persisten, podemos transferir a los niños orfanatos.

En el corto plazo, sería bueno tener menos y mejores cárceles, adecuadas para los detenidos, para poder mejorar la educación impartida en dichas prisiones. Actualmente, la manera en que la mayoría de las prisiones están construidas no ayuda a rehabilitar verdaderamente a las personas, lo cual debería ser nuestro objetivo final. Pero debido a los intentos de ISIS de liberar a sus compañeros combatientes de nuestras prisiones, como en enero, tenemos que invertir en fortalecer aún más nuestras cárceles y campos de detención para evitar que ISIS se restablezca en Siria. Lamentablemente, la mayoría de los países no están repatriando a sus combatientes extranjeros que se encuentran en nuestras prisiones ni nos están ayudando a establecer un mecanismo internacional para juzgarlos en los tribunales.

Todos los que trabajamos en el sistema judicial y penitenciario sabemos que el sistema actual no está a la altura de nuestros valores. Nuestra filosofía es que las cárceles no deberían ser necesarias, pero debido a la situación en la que nos encontramos, atacados no solo por ISIS, sino también por estados como Turquía y Siria, no hemos podido implementar otro sistema. Por el momento, tratamos simplemente de no usar violencia e intentar ganarnos la confianza de las personas. Luchamos por un mundo sin cárceles, pero en este momento, para nosotros, no es posible.


 

Abir Khaled | SÍRIA |

Copresidente de la Oficina de Asuntos de Justicia y Reforma (Administración General de Centros Correccionales y de Rehabilitación). De 2017 a 2019, se desempeñó como directora del Centro Houri, un centro de rehabilitación para niños, incluidas familias vinculadas a ISIS. Entre 2015 y 2017 fue Responsable de Prisiones y Centros de Detención para las Fuerzas de Seguridad Interna del Noreste de Siria (Asayish). Desde 2013 hasta finales de 2014, fue Directora y Editora de la revista 'Sawt al-Hayat'.

 

Abir describe su trabajo como administradora de prisiones principalmente como “trabajo humanitario”.

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