Comunidades Catalisadoras: el papel de las periferias en la democracia
Luisa Fenizola
| Brasil |
diciembre de 2018
traducido por Chloe Villalobos
Hoy en día existe una tendencia de hablar sobre la democracia brasileña a partir de un lugar de miedo y incredulidad. Pero desde hace tiempo que luchamos por no hablar sobre las favelas a partir de un lugar de miedo y incredulidad. Nosotros desde Comunidades Catalizadoras creemos en la potencia, creatividad y las soluciones provenientes de las favelas y periferias y luchamos desde hace 18 años por la integración efectiva de todas las partes de la ciudad, por el tratamiento igualitario de sus residentes y por la garantía de sus derechos y libertades. Compartimos ese camino de lucha con muchos otros.
Tememos que la anunciada fragilización de los principios democráticos tengan consecuencias devastadoras sobre los cuerpos y mentes de los que viven en las favelas y periferias. Pero entendemos que el momento actual, mirando a partir de las periferias, es más de continuidad de que ruptura. La suspensión de derechos (a vida, a la circulación, por ejemplo) que tememos, y no sin razón, está en proceso en estos espacios hace ya mucho tiempo, de la misma manera que la criminalización de la pobreza, de la ocupación de tierra improductiva o de edificios sin uso.
Frente a esos procesos que, a pesar de no ser nuevos, corren el riesgo de ser aún más profundizados - por la autorización moral y simbólica de un gobernante, por la certeza de impunidad, por el respaldo concreto de la ley - apostamos en la resistencia, que es más la regla que la excepción en esos espacios. De esta manera, en vez de pensar en cómo el debilitamiento de la democracia amenaza las periferias, escogimos pensar en cómo las periferias potencializan la democracia.
Democracia es votar en elecciones libres
Los candidatos ven las periferias, en la mejor de las hipótesis, como espacios importantes de disputa ideológica, debido a un gran número de electores, y en la peor de las hipótesis, como corrales electorales y votos a ser comprados. El papel de las periferias es exigir políticas que no sean genéricas, pero adaptadas a sus realidades particulares, con la intención de mejorar los niveles de vida de sus residentes y garantizar sus derechos.
Un reflejo de esto fue el aumento de números de menciones a las periferias en los planos de gobierno en estas elecciones presidenciales - seis candidatos lo hicieron, comparado con dos en las elecciones anterior. Favelas fueron mencionadas por tres candidatos. Seis de los doce candidatos al gobierno de estado se presentaron a debates en las favelas organizados en Alemão y Maré.
Más allá que esto, vemos que figuras tradicionales en la política no fueron reelegidos, incluindo aquellos que antes tenían base electoral en áreas periféricas. Las periferias aportan el mensaje de que ya no es suficiente aparecer durante la época de elecciones. Es cada vez más necesario pensar-las dentro de sus especificidades y demostrar un compromiso fuera de el periodo electoral para ser elegido.
Democracia es elegir un gobierno representativo
Cada vez más, las periferias producen sus propios candidatos y los eligen. En estas elecciones tuvimos 46% de candidatos negros, aproximándose al 54% que esse segmento de la población representa, y un aumento de casi 4% en relación a las elecciones de 2014. Es un Congresso un poco menos blanco - el número de hombres blancos elegidos en 2018 bajo 48 personas, que corresponde al aumento de hombres negros y mujeres, entre ellas negras, blancas, y una indígena.
Múltiples candidaturas de favelas y periferias surgieron en Río de Janeiro. Más allá de reivindicar un espacio que se les niega, las candidaturas funcionaron como plataforma para dar visibilidad a debates y requerimientos de no suelen normalmente llegar al centro de la ciudad.
Son Renata Souza, Monica Francisco yDani Monteiro, tres mujeres negras de la favela que trabajaban en el mandato de Marielle Franco, fueron elegidas como diputadas estaduales. ‘Juntas’ en Pernambuco, una solución innovadora para el problema de representatividad. Si candidaturas individuales podrían pulverizar votos, se decidió por un mandato colectivo que reunió representantes de diferentes segmentos de la periferia: una vendedora ambulante y activista de los trabajadores sin techo, una advogada y mujer trans de una comunidad en Recife, una profesora activista sindical, una periodista y activista feminista y una universitaria activista del agreste pernambucano.
Es la Frente Favela Brasil, un partido en reglamentación que quiere estrellar candidatos que representen negros, residentes de favelas, y pobres del campo y de periferias de Brasil. Y también es el proyecto ‘Todo Joven es Río’, de la Agencia de Redes para la Juventud que invita a jóvenes de periferia de la ciudad de Río a imaginarse como alcaldes de aquí a 20 años. También crea debates en espacios de la periferia para pensar en el futuro de la ciudad a partir de la periferia y disputar el bajo número de negros y de origen periférica en el ejecutivo.
Democracia es respeto a las libertades individuales y la garantía de derechos
Las periferias exigen respeto a las libertades individuales. Exigen respeto a la libertad de expresión, aunque se les niega, cuando cantan funk, riman, hacen poesía de denuncia, escriben en periódicos comunitarios, hacen facultad, mestrado, doctorado. Es la vendedora ambulante Rejane Barcellos de la favela de Maré declamando poesía en Lapa, o en los autobuses donde vende pan de queso. Son Shu y Dorgo, de ‘Enraizados’ que salieron de Morro Agudo en Nova Iguacu para hacer rap en los tramos de la SuperVia y llegaron a un programa de radio semanal. Es Edilano Cavalcante de ‘Habla Manguinhos’, es Rene Silva de ‘Voz de las Comunidades’. Es Gizele Martins haciendo una etnografía en la plaza San Salvador, sobre cómo la academia suele tratar temas sobre espacios de favelas. Las palabras son duras, pero transmiten verdad y son necesarias.
Las periferias exigen respeto a la libertad de circulación, aunque los espacios tradicionales se les han negado, cuando ocupan la playa, van al shopping, pasan por la ciudad (no solo para trabajar, pero para consumir cultura y ocio), cuando traen para dentro de la favela lo que los barrios formales reivindican como suyo. Es Kelson Succi, de la favela Alemão, cuando protagoniza su pieza de teatro “Cuidado con Neguin” en la Zona Sul. Y en Alemão, la Casa Brota surge como un espacio de co-working, subvirtiendo el concepto, construyendo-lo dentro de la favela.
Exigen respeto al derecho de asociación libre, aunque andar en grupo hace que otras personas crucen la calle, cuando se juntan en colectivos, ONGs, asociaciones, cooperativas, círculos de poesía y conversaciones, batallas de baile y poesía, y bailes. Exigen respeto al derecho a la cultural cuando se reúnen con el poder público para exigir la revocación de la resolución 013, que subordinaba la autorización para realizar eventos culturales dentro de favelas ocupadas al comando de la UPP, y también para denunciar la burocratización y otras barreras a eventos culturales colocados por el mismo ayuntamiento.
Exigen -y los hacen ellos mismos - el derecho a la educación cuando organizan cursos para el examen entrante de universidad, como el pre-vestibular social de Santa Cruz Universitario. Exigen el derecho a la viviendo cuando organizan la ‘Ocupación Manoel Congo’ en donde se habita un edificio público abandonado en el centro de la ciudad. Exigen el derecho al servicio cuando residentes de Asa Branca hacen su propio albañal.
Exigen respeto al derecho a la vida cuando denuncian la máquina de muerte del Estado, cuando el Colectivo Habla Akari organiza una audiencia pública en la favela para denunciar crímenes ocurridos por el Batallón 41 de la Policía Militar - el mismo denunciado por Marielle Franco-, cuando el ‘Foro Basta de Violencia, Otra Maré es Posible’ organiza marchas y elabora el ‘Plan para la Reducción de Daños y Violencias en Maré’, cuando el aplicativo “Fuego Cruzado” contabiliza disparos y informa o disputa narrativas utilizadas por periódicos oficiales. Es cuando, a pesar de todo, se mantienen vivos.
Democracia es participación y monitoreo
Las periferias son espacios de participación, muchas vezes mas directa de que en otras partes de la ciudad. Es la residente de Parque Columbia, un territorio frecuentemente víctima de inundaciones por el rio Acari, que tiene un grupo de WhatsApp con funcionarios de Comlurb para solicitar sus servicios después del diluvio.
Es la participación de residentes de favelas y periferias en audiencias públicas organizadas por el ayuntamiento en 2017 para debater el Plano Estratégico y, en la ausencia de audiencias dentro de favelas, la organización del “Encuentro de Favelas para Debater el Plano Estratégico en Mare.” Es la movilización de residentes de Rio das Pedras para protestar en frente de la Cámara y la casa del alcalde en contra del proyecto previsto de la verticalización de Rio das Pedras.
Es el ‘ChecaZap,’ proyecto de Data_Labe, en Maré, y de ‘Énois’, una escuela de periodismo que actúa con jóvenes de periferia de Sao Paulo, para verificar contenidos diseminados en grupos de WhatsApp durante el periodo electoral. Son los boletines de monitoreo de las propuestas ‘Agenda Rio 2030’ entregados a varios representantes políticos. El Foro Grita Baixada, el Centro Ecumenico de formacion y Educacion Comunitaria (Profec), fundación de derechos humanos en la Baixada, y la Casa Fluminense, una organización que piensa políticas públicas para todo Rio metropolitano, vigilan las propuestas relacionadas a seguridad y al derecho a la vida, y mandan el mensaje: “la juventud de la Baixada quiere vivir.”
La autoconstrucción y autogestión marcan todas estos puntos, y son una característica marcante de la periferias en Brasil. Es hacerlo tu mismo delante de la ausencia del estado en termos de servicios públicos (pues sabemos que está muy presente con su brazo armado, por ejemplo). Es levantar la voz para exigir la reducción de corrupción y de la desigualdad socioeconómica, que no permiten que los beneficios de la democracia sean distribuidos por todo el espectro social.
El rol de las periferias pasa por la resistencia y la innovación, culminando en la efectivización de una democracia, que, así como el Estado, llega hasta ellas de manera imperfecta y selectiva. La democracia es el gobierno en qual el pueblo ejerce la soberanía. Y el pueblo está en las periferias.