Transformación del sistema alimentario de las favelas
La Red de Favelas Sustentables de Río de Janeiro y el valor de las soluciones comunitarias en medio de la pandemia
RFS Rede Favela Sustentable
por Sophie-Anne Monplaisir
| Brasil |
agosto de 2020
traducido por Ana Rivas
A medida que el nuevo coronavirus se extendió por todo el mundo, las fotos de los estantes vacíos de las tiendas de comestibles siguieron su rastro. Las fotos de las existencias agotadas y los supermercados abarrotados se hicieron virales en los medios de comunicación social, lo que despertó la preocupación por la potencial escasez de alimentos en todo el mundo. De hecho, el Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) ha pronosticado que el brote podría dar lugar a que más de 20 a 25 millones de personas resulten afectadas por la pobreza y la malnutrición. Sin embargo, los informes muestran que el sector agrícola ha tenido dificultades para adaptarse a ese cambio repentino: los agricultores de todo el mundo se han visto obligados a deshacerse de millones de kilos de productos frescos que ya no pueden venderlos. En medio de las preocupaciones sobre la confiabilidad y el desempeño del modelo actual, la pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de reformar y replantear la organización de nuestros sistemas alimentarios.
Los activistas de los derechos humanos y del medio ambiente han subrayado durante mucho tiempo la importancia de promover alternativas sustentables y democráticas para nuestro sistema agrícola actual. Ahora, en medio de una crisis mundial, estos llamados han adquirido una urgencia sin precedentes. Sin embargo, en lugar de recurrir a los tradicionales esquemas de arriba hacia abajo, aquí en Río de Janeiro, varias pequeñas iniciativas comunitarias están construyendo proyectos sustentables para garantizar formas más justas y saludables de alimentar a las poblaciones de mayor riesgo en medio de la pandemia. En lugar de recurrir a los tradicionales esquemas de arriba hacia abajo, aquí en Río de Janeiro, varias pequeñas iniciativas comunitarias están construyendo proyectos sustentables para garantizar formas más justas y saludables de alimentar a las poblaciones de mayor riesgo en medio de la pandemia
Esas iniciativas han surgido como respuesta directa a la incapacidad del Estado para prestar servicios básicos a sus ciudadanos más vulnerables, no sólo durante el brote de coronavirus, sino durante los decenios anteriores.
Hoy en día, la fallida respuesta del Presidente Jair Bolsonaro al Covid-19 ha puesto de manifiesto el papel crucial que desempeñan estos "actores invisibles" que se esfuerzan por compensar décadas de negligencia del Estado. Estos actores locales han demostrado ser fuerzas de activismo, llevando a cabo una amplia gama de intervenciones sociales por parte de la comunidad y para la comunidad, todo ello para hacer frente a la triste constatación de que, si la propia comunidad no cuida de sus propios residentes, ¿quién lo hará?
En 2018, Catalytic Communities (Catcomm), una ONG de empoderamiento, comunicaciones, think tank, introdujo la Red de Favelas Sustentables (SFN). Desarrollada como una red de solidaridad, la SFN se diseñó para aumentar la visibilidad de las iniciativas comunitarias y desarrollar acciones de apoyo conjuntas entre ellas, fortaleciendo la sustentabilidad ambiental y la resiliencia social existente en las favelas de toda la Región Metropolitana de Río de Janeiro. En 2019, la Red incluía más de 150 iniciativas, que representaban el 68% de las regiones administrativas de Río de Janeiro. El 62% de los miembros de la SFN son organizadores de favelas.
Las iniciativas actuales de la Red abarcan una amplia gama de temas, con siete grupos de trabajo activos, cada uno de ellos dedicado a un elemento específico de la sustentabilidad: residuos sólidos; jardines y reforestación; educación ambiental; energía solar; memoria y cultura; producción de ingresos; y agua y aguas servidas.Las iniciativas actuales de la Red abarcan una amplia gama de temas, con siete grupos de trabajo activos, cada uno de ellos dedicado a un elemento específico de la sustentabilidad: residuos sólidos; jardines y reforestación; educación ambiental; energía solar; memoria y cultura; producción de ingresos; y agua y aguas servidas
De estas iniciativas de la red, el Grupo de Trabajo sobre huertos y reforestación en particular se ha intensificado durante la pandemia de Covid-19. Nacido de la necesidad de unir las iniciativas en curso que promueven la agroecología urbana, la reforestación y los huertos comunitarios en toda la periferia de Río de Janeiro, el grupo ha trabajado para responder a las necesidades de las comunidades marginadas de bajos ingresos mediante la promoción de la soberanía y la seguridad alimentaria en las favelas, así como el fortalecimiento del acceso de los residentes a alimentos frescos y saludables.
Según Rosana Mendes, miembro del SFN y residente de la favela de Cantagalo, a principios de año el grupo tenía varios proyectos en su agenda. "Antes del coronavirus, nos habíamos reunido para organizar nuestros próximos eventos. En abril, se suponía que íbamos a asumir un nuevo proyecto en Cantagalo. Arreglaríamos un espacio abandonado y lo utilizaríamos como un jardín comunitario que beneficiaría a los residentes de la comunidad. Empezaríamos por limpiarlo, luego instalaríamos un sistema de irrigación adecuado, plantaríamos varios tipos de semillas, haríamos canteros de flores", dijo Mendes, miembro del grupo de Jardines y Reforestación desde 2018. "Pero luego, con la pandemia, tuvimos que poner estos proyectos en espera, lo cual es una pena porque este jardín podría haber sido muy útil en este momento".
Más de un año antes, la iniciativa social de Mendes centrada en los niños en Cantagalo, Harmonicanto, había planeado plantar su propio jardín comunitario, beneficiando al área circundante. Al darse cuenta de que le faltaba el conocimiento para empezar, Mendes encontró en el grupo de trabajo del SFN una oportunidad para el intercambio de conocimientos. "No tenía el conocimiento técnico, pensé que ser parte del grupo sería muy útil. Y así fue. Y quizás con mi experiencia, podré ayudar a alguien más en el grupo."
Según el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), "los jardines comunitarios son una forma efectiva y rentable de construir vecindarios más potentes". De hecho, los huertos comunitarios contribuyen a mejorar la vida de los ciudadanos no sólo al introducir un suministro de alimentos sanos y orgánicos, sino que también ayudan a fomentar el compromiso comunitario entre los vecinos, que trabajan juntos para cuidar el huerto.
Aunque la pandemia interrumpió el programa del grupo, el cese de las actividades durante el resto del año no era una opción. En cambio, el grupo trabajó incansablemente para reevaluar su agenda y adaptarse al nuevo escenario. "El trabajo que hacemos requiere mucha movilidad, mucho contacto con los demás. Por eso tuvimos que adaptarnos. Necesitábamos pensar en nuevas formas de llegar a esas comunidades vulnerables, de seguir participando pero sin poner a nadie en riesgo de enfermarse", dijo Mendes.
"La red se mantiene activa, seguimos teniendo los mismos objetivos: soberanía alimentaria, seguridad y autonomía", dijo. "Excepto que ahora, tenemos que encontrar diferentes caminos para garantizar que estos objetivos se cumplan"."La red se mantiene activa, seguimos teniendo los mismos objetivos: soberanía alimentaria, seguridad y autonomía. Excepto que ahora, tenemos que encontrar diferentes caminos para garantizar que estos objetivos se cumplan".
Las reuniones bimensuales del grupo por el aplicativo Zoom, que comenzaron al inicio de la cuarentena, a mediados de marzo, dieron rápidamente sus frutos. En abril, el grupo pudo lanzar #TerçaComAutonomia — martes con autonomía — una campaña por las redes sociales en la que los miembros del grupo crean y publican videos caseros que promueven la agroforestería, la soberanía y la seguridad alimentaria, e invitan a sus seguidores a participar. También ofrecen tutoriales fáciles de seguir sobre jardinería y cocina en el hogar que fomentan las prácticas de autonomía durante el período de aislamiento.
La idea es que sus espectadores reconozcan la importancia de la autonomía, especialmente en un contexto de movilidad e ingresos reducidos. "Nos dimos cuenta de que este era el momento en que nuestra ayuda era más necesaria", dijo Mendes. "Con una infección viral, es importante fortalecer nuestro sistema inmunológico. Pensamos que podíamos apoyar a estas familias introduciendo alimentos orgánicos naturales en sus dietas y promover una alternativa de alimentación sana y barata, porque si tuviéramos el huerto comunitario funcionando adecuadamente como se había planeado, ya tendrían acceso a todo tipo de alimentos. Así que tuvimos que buscar alternativas creativas para satisfacer sus necesidades".
El grupo estuvo de acuerdo en que cultivar alimentos en el propio patio de casa tiene muchos beneficios; no sólo la práctica es favorable para las finanzas, sino que también proporciona una dieta libre de toxinas y promueve el aislamiento social al reducir las salidas a la tienda de comestibles.
El grupo estuvo de acuerdo en que cultivar alimentos en el propio patio de casa tiene muchos beneficios; no sólo la práctica es favorable para las finanzas, sino que también proporciona una dieta libre de toxinas y promueve el aislamiento social al reducir las salidas a la tienda de comestibles
Verónica Parente, bióloga que trabaja como educadora ambiental en una escuela municipal de Cidade Alta, explica por qué la presencia del grupo en los redes sociales es fundamental. "No pude ayudar a los estudiantes tanto como esperaba en estos tiempos difíciles porque vivo en las afueras de Cidade Alta. Eso significa que no pude distribuir cestas de alimentos, ni jabón, ni otros artículos de primera necesidad", dijo Parente. "Pero luego vi en estos videos caseros una oportunidad de seguir difundiendo el conocimiento del proyecto. Los videos también nos ayudaron a ganar visibilidad y a llegar a un público más amplio".
Parente no oculta el hecho de que todavía es muy difícil compensar la falta de contacto físico, especialmente con los niños más pequeños. Sin embargo, el uso de los redes sociales como plataforma para dirigirse a la comunidad ha permitido que el proyecto atraiga a una mayor audiencia. Los participantes que antes no podían asistir a reuniones presenciales debido a horarios conflictivos o a las largas distancias, ahora se unen a las reuniones virtuales del grupo.
Además de la campaña en los redes sociales, el grupo también ha estado trabajando con las pequeñas granjas locales de la región cercana. En un momento en que muchas personas están perdiendo sus fuentes de ingresos y dependen de las donaciones para poner alimentos en sus mesas, la demanda de "cestas de productos básicos" se ha disparado. Los movilizadores comunitarios que distribuyen estas cestas se enfrentan ahora a una disminución de la oferta de donaciones externas, que generalmente incluyen alimentos y productos de higiene. Paralelamente, los agricultores locales del área metropolitana de Río de Janeiro están desechando sus cultivos debido a la disminución de la demanda comercial.
El grupo de Huertos y Reforestación está supliendo este déficit utilizando sus redes de contactos para conectar a los movilizadores en busca de productos frescos con los agricultores que tienen un exceso de existencias. La creación de esas conexiones no sólo genera ingresos para las pequeñas granjas locales que sufren las consecuencias económicas del brote, sino que también limita el desperdicio de alimentos al corregir los desequilibrios entre la producción, la distribución y el consumo del sistema alimentario.
La creación de esas conexiones no sólo genera ingresos para las pequeñas granjas locales que sufren las consecuencias económicas del brote, sino que también limita el desperdicio de alimentos al corregir los desequilibrios entre la producción, la distribución y el consumo del sistema alimentario
El modelo amplio e interconectado crea conexiones entre una amplia gama de agentes sociales que invierten en la seguridad alimentaria, mitigando las consecuencias de Covid-19 mediante el suministro de cestas de alimentos básicos a los necesitados, generando ingresos para los agricultores locales que, de otro modo, habrían perdido sus cultivos y promoviendo la inclusión de productos frescos en la dieta de los residentes. Al basarse en las habilidades de comunicación y la solidaridad ya presentes en las favelas de Río, el modelo permite que una multitud de actores de diversos ámbitos y orígenes contribuyan democráticamente a la seguridad alimentaria de los más vulnerables.
Mucho antes del brote, los activistas de los derechos humanos y del medio ambiente habían subrayado la importancia de promover alternativas sustentables y democráticas a nuestro actual sistema agrícola. La crisis actual ha creado una oportunidad para un cambio sustancial.
Múltiples informes han demostrado que una serie de factores de la modernidad —incluyendo el aumento de los viajes por todo el mundo, los cambios en el uso de la tierra, la urbanización, la explotación del medio ambiente natural y la producción ganadera industrial— nos exponen ahora a un grave riesgo de que se repitan crisis sanitarias mundiales en los próximos años. Ahora es el momento de reevaluar la confiabilidad de nuestro sistema alimentício.
Las iniciativas comunitarias son la clave para ofrecer alternativas sustentables y democráticas, ofreciendo modelos duraderos para un sistema que hasta ahora ha priorizado el lucro por encima de los derechos humanos. "No hay manera de que salgamos de esta situación de la misma manera en que entramos. Sería una lástima", dijo Mendes.
Red Favela Sustentable | Brasil |
Sophie-Anne Monplaisir | Haití |
Estudante de graduação haitiana em Direito e Ciências Políticas na Sciences Po Paris. Ela espera obter um mestrado em Desenvolvimento Urbano.