Jerarquías racializadas y fronteras difusas
Las complejidades de la opresión superficial
Mariam Barghouti
| Palestina |
abril de 2021
traducido por Ana Rivas
A menudo, la Cuestan Palestina es enredada con Israel. Incluso a nivel académico, se examina a Palestina e Israel y su relación entre sí. Sin embargo, cuando realmente queremos mirar dentro del racismo estructural y la opresión, debemos admitir que va más allá de Palestina y de los palestinos.
"El exilio está tan fuertemente dentro de mí pueda que lo traiga al terruño" (Mahmoud Darwish)
En una entrevista, Mahmoud Darwish — apodado el poeta nacional de Palestina — dijo "el exilio está tan fuertemente dentro de mí pueda que lo traiga al terruño"1“exile is so strong within me, I may bring it to the land.”. La cita en cuestión se dijo en su propio contexto y Darwish pudo haber tenido una interpretación completamente diferente. Sin embargo, creo que muchos de nosotros que hemos estado expuestos al despojo crónico y la invalidación constante eventualmente nos sentiremos alienados hasta el punto de que incluso si finalmente regresamos a casa, seguimos siendo extranjeros. Si liberamos Palestina sólo para sentirnos marginados, ¿por qué seguimos luchando?
Más allá de toda la poética y racionalizaciones, seguimos luchando porque la violencia del silencio llega a ser tanta que nos vemos obligados a empezar a vislumbrar otra cosa. No es de extrañar que la famosa frase de Martin Luther King Jr. “Tengo un sueño” resuene como un eco entre tantas personas. Soñar significa exponer muy claramente, hacer visible, no el sueño, sino la razón por la que soñamos, en primer lugar.
Palestina, identidades étnicas y fronteras
Recuerdo cuando nos mudamos con nuestros padres de Ramallah a Atlanta, Georgia, EUA. El sur de Estados Unidos está inundado con su propia historia irreconciliable de racismo racial, prejuicios y miedo a las amenazas.
Acabábamos de empacar, en 2003, cuando la segunda intifada (levantamiento) estaba en pleno apogeo en Palestina.
Al entrar en mi salón de clases de quinto grado, vi que los alumnos eran predominantemente negros. Había tres chicas blancas que parecían haberme acogido como una de las suyas. Recuerdo a una joven, Holly, que casualmente me dijo “sabes, somos las únicas chicas blancas aquí. Es difícil, pero tenemos que mantenernos unidas". Hasta entonces no conocía el racismo basado en el color. Conocía el racismo como palestina. Sin embargo, de alguna manera veía las similitudes entre Holly y el soldado apuntándome con un arma mientras salía del autobús escolar en Ramallah.
En el mundo académico, aprendí de la incapacidad de una disciplina para explicar algo que es relacional, es decir, tan imaginado como tangible, romanticismo en partes iguales y una verdadera lucha dolorosa.
Nuestro problema de comprensión radica no sólo en la falta de información, sino también en la forma en que organizamos esa información.
Durante mi maestría en la Universidad de Edimburgo, tomé dos cursos diferentes. Uno en el Departamento de Sociología y otro en Ciencias Políticas. Durante mi proyecto final para cada uno de los cursos, asumí el reto de usar los mismos recursos para cada tema de investigación y construir dos argumentos diferentes para cada curso. Más importante aún, cada argumento tenía que ser validado y respaldado con evidencias a favor y evidencias en contra.
Cuando concluí exitosamente, en lugar de quedar impresionada conmigo misma, sentí cierto desdén por el mundo académico. Dependiendo de cómo organizo mi información, es decir, si la organizo de cierta manera, gano.
Constaté que los académicos son abogados por méritos propios en los límites de sus propios acuerdos
Constaté que los académicos son abogados por méritos propios en los límites de sus propios acuerdos. Cuando comencé a aplicar para hacer mi doctorado en EUA, me dijeron que, aunque no se diga en voz alta, la Academia Estadounidense no toma en serio a la Academia Británica. Recuerdo que todo lo que logré responder en ese momento fue “típica postura estadounidense”. Lo que pasa con el racismo estadounidense es que no terminó con el fin de la esclavitud y la segregación. Sufrió una metamorfosis, se transformó, cambió. Sus límites se expandieron un poco, pero seguía habiendo límites.
El problema con la academia es que puede haber proyectado sus propias limitaciones en la realidad. He estudiado la literatura de eruditos poscoloniales, teoría crítica de la raza, estudios críticos sobre la blancura, entre otros. Gran parte de las similitudes en la sapiencia no está en la lente que utilizan, sino en una conclusión de visibilidad versus invisibilidad. No es racismo lo que se oculta; el racismo es visible, siempre. Sólo guardamos silencio porque nos lo han pedido. El racismo es conocido pero dejado de lado, abordarlo significa desentrañar todas las raíces y procesos profundamente desgarradores que hemos vivido y que nos han impactado. Pero el racismo, la opresión, no son invisibles.
Estamos encadenados de innumerables formas. Una vez, en un lapso de 14 horas en detención militar y policial israelí, las esposas alrededor de mis muñecas se convirtieron en ataduras de plástico, que se convirtieron en una bufanda atada alrededor de mis muñecas, que se convirtieron en cadenas de metal que llegaban hasta mis pies. Estaba encadenada en todo momento y las esposas no eran mejores que las ataduras de plástico. Las esposas simplemente no me hacían sangrar como lo hacían las ataduras de plástico. Eso es lo que pasa con el racismo, es obvio. El soldado que usó esposas de metal no fue mejor que el oficial que escogió usar ataduras de plástico.
Lo que estamos desentrañando en los sistemas racistas son las formas en que enmendamos y tergiversamos las palabras e imágenes para justificar esta violencia racializada
En todo caso, tenía demasiado miedo de desafiar mis cadenas, y cada uno de aquellos soldados y oficiales sabían que me estaban privando de libertad. Es evidente. Es concreto y tangible. Lo que estamos desentrañando en los sistemas racistas son las formas en que enmendamos y tergiversamos las palabras e imágenes para justificar esta violencia racializada. Quizás es por eso que a veces confundimos racismo con ideología en vez de acción.
No fue hace mucho tiempo que estadounidenses encadenaban a hombres y mujeres negros en jaulas como espectáculos de "zoológicos humanos"2 See https://www.rifemagazine.co.uk/2019/04/black-people-on-display-the-forgotten-history-of-human-zoos/. Se trataba de personas que observaban tranquilamente a otras personas en jaulas, independientemente si ellos admitían a sí mismos o no; creo firmemente que no a todos les pareció "apropiado". Eso es lo que pasa con ser políticamente correcto, a veces lo inadecuado es lo que nos permite reflexionar juntos. Para delimitar de forma difusa y mantener los límites difusos. No para desconcertar, sino para dar la oportunidad de comprender.
Forjando identidades contra otros
Mahmoud Darwish tiene muchos poemas famosos. El que nos enseñan en la escuela primaria es “Regístralo, soy árabe”. La identidad de individuos y grupos es una faceta del conflicto etnopolítico. Es una interacción multidimensional compleja y entrelazada (Malesovic, 2004: 116). Martin Luther King Jr. tenía el sueño de generar un cambio, pero su visión del cambio desafió la comodidad de aquellos que cosecharon los privilegios de la desigualdad o que tenían lo suficiente para no querer arriesgarse a perderlos. Pero el racismo convence a las personas de su inferioridad o supremacía con relación a los demás, desafiar el racismo es sembrar dudas en esa convicción. Holly tenía una fuerte convicción racializada hacia los afroamericanos. Incluso cuando era niña, se le enseñó no sólo a tener miedo, sino también a actuar de acuerdo con ese miedo. Estar en la ofensiva, permanecer preocupada por el colectivo.
El racismo convence a las personas de su inferioridad o supremacía con relación a los demás, desafiar el racismo es sembrar dudas en esa convicción
Después de la firma de los Acuerdos de Oslo en 1993, la poesía de Mahmoud Darwish se orientó más hacia reflexiones personales. Algún estudioso sugirió que esto indicaba un desencanto con las realidades políticas palestinas3 Helit Yeshurun. “‘Exile Is So Strong Within Me, I May Bring It to the Land‘ A Landmark 1996 Interview with Mahmoud Darwish.” Journal of Palestine Studies, vol. 42, no. 1, 2012, pp. 46–70. JSTOR, www.jstor.org/stable/10.1525/jps.2012.xlii.1.46. La inclusión y la alienación no son distintas entre sí y no se diferencian por un conjunto de síntomas o criterios. Digo síntomas porque el racismo es una condición. Es una realidad y al mismo tiempo un condicionante, algo aprendido, una internalización.
Si analizamos las prácticas del estado israelí contra los judíos mizrajíes, descendientes de las comunidades judías del medio oriente y norte de África, podemos ver cómo se materializa una inclusión simultánea ("nosotros") presentándolas como parte del colectivo judío, y la exclusión ("nosotros") a través de prácticas de segregación y políticas discriminatorias contra ellos como árabes y africanos. Al tratar de incluirlos en el “nosotros” contra la amenaza palestina, notamos esfuerzos de “complementariedad” que, como señala Eidham (1971), es un proceso para mantener la cohesión interna. Distinguimos diferentes partes de nuestra identidad y las priorizamos según los poderes que adquirimos.
Las prácticas israelíes contra los palestinos son más que simples órdenes de demolición4https://www.btselem.org/topic/punitive_demolitions o la detención militar de adultos y niños5https://resourcecentre.savethechildren.net/library/defenceless-impact-israeli-military-detention-palestinian-children. Es la racialización segmentada de nuestras identidades. Los palestinos con ciudadanía israelí no están alienados de la sociedad israelí, sino de otros palestinos y árabes. Los palestinos con ciudadanía israelí no sólo son ciudadanos de segunda clase en Israel, sino ciudadanos de primera clase si se colocan contra los palestinos en la sitiada Franja de Gaza. El racismo clasifica a otros según el papel que puedan desempeñar.
Las prácticas israelíes contra los palestinos son más que simples órdenes de demolición o la detención militar de adultos y niños
Los mizrajíes sirven como mano de obra judía, pero cuando los disturbios de la década de 1950 ocurrieron en Wadi al-Salib en el distrito de Haifa, la policía israelí arremetió contra ellos con fuerza brutal6 1959 — Wadi Salib Riots: Culminating a Decade of Ethnic Discrimination.” Mo(Ve)Ments of Resistance: Politics, Economy and Society in Israel/Palestine 1931-2013, by Lev Luis Grinberg, Academic Studies Press, Boston, 2014, pp. 90–121. JSTOR, www.jstor.org/stable/j.ctt21h4xqw.9. Es racismo kosher. Así como la autoridad palestina necesita de Gaza para capitalizar en el argumento de los refugiados, pero cuando protestamos por su complacencia en el asedio de los palestinos en Gaza, nos encontramos con una violencia brutal por parte de la policía antidisturbios palestina y la guardia nacional7 See https://www.aljazeera.com/opinions/2018/6/16/why-is-the-palestinian-authority-attacking-palestinian-protests. Es racismo halal. Después de todo, ¿cómo puedes ser racista con los tuyos? De nuevo, una madre no puede abusar de sus propios hijos, ¿verdad?
Es la racialización segmentada de nuestras identidades
En la década de 1950, Israel incorporó a los drusos palestinos al servicio militar obligatorio. En 2012, trataron de hacer lo mismo con la comunidad cristiana palestina8 Melhem, https://www.al-monitor.com/originals/2015/04/israel-conscription-army-palestinian-christians-druze.html. El racismo encuentra espacios dentro de grupos para nutrir variantes de sí mismo. Todavía estoy desaprendiendo el sentimiento heredado de traición hacia la comunidad drusa que permitió que esto continuara. La única forma en que pude comenzar a desaprender fue escuchar de los grupos de jóvenes de hoy que se están movilizando contra el reclutamiento druso en el ejército. El lema era "Rechaza: tu gente te protegerá". La cuestión con Palestina es que el racismo es sólo un aspecto de un proyecto de colonización mayor. No es sólo un conflicto "dentro del grupo".
La paz es la ausencia de conflicto
La paz es la ausencia de conflicto. Quizás es por eso que Darwish se desilusionó con él, porque esto no es un conflicto, entonces, ¿cómo podemos hablar de "paz"? La paz, honestamente, no se trata de un proceso y si de un momento, un evento. Aprendí en Palestina que la paz sólo existe en dos puntos. El primero es antes del estallido de la guerra. El segundo viene cuando atendemos nuestras heridas (materiales, físicas, emocionales, las conscientes y las inconscientes). Creo que es nuestra necesidad de paz y calma lo que nos impide llamar a nuestras acciones por su nombre.
Aprendí en Palestina que la paz sólo existe en dos puntos. El primero es antes del estallido de la guerra. El segundo viene cuando atendemos nuestras heridas
La cuestión de denunciar el racismo israelí es lo que me incitó a denunciar el racismo estadounidense, el autoritarismo en Siria, Bahrein, Guatemala, Venezuela, Yemen, Arabia Saudita, todos ellos. La parte más difícil fue denunciar a las autoridades palestinas por los tiranos que son. Verá, crecí rodeado de diplomáticos palestinos. Eran los tíos y tías que me regalaban caramelos, me sonreían cariñosamente y me engatusaban cuando era niña. Después de adulta, vi que el hecho de que las personas poderosas eran buenas conmigo, mi familia y mis seres queridos no significaba que sus acciones para la comunidad eran las mismas. Esta es la parte más difícil de desafiar el racismo, trazar el límite entre tú mismo y los demás. Es por eso que, como palestinos, no hablamos de Israel o de los israelíes, sino de sus acciones. No estamos tratando de probarnos nosotros mismos con relación a Israel. Esto no es un juicio sobre quién es más merecedor de la tierra. Este es un juicio sobre la violencia sistémica (la encubierta y la abierta).
La cosa con el racismo es que es bueno cuando se separa
Anteriormente, traté de esbozar diferentes experiencias porque hablar de discriminación israelí hacia los palestinos es relacional. Primero requiere que hablemos de lo que es “israelí”. Puedo hablar de las prácticas actuales del apartheid israelí contra los palestinos, pero si hay algo que he aprendido sobre el racismo, en el mundo académico y de mis experiencias personales, es que está ahí para preservar algo de poder. Está entrelazado con los derechos ciudadanos, acceso a la vivienda, comunidad, socioeconomía, territorio, comodidad. El racismo se sustenta en la comodidad. Cambia según el contexto, y las formas y los lenguajes en los que el racismo se manifiesta, a menudo, parecen aleatorios y separados, eso pues el que cambia son los soldados.
El racismo cambia según el contexto, y las formas y los lenguajes en los que el racismo se manifiesta, a menudo, parecen aleatorios y separados, eso pues el que cambia son los soldados
El tipo de esposas que me pusieron variaba según el rango y la posición, militar o policial. La orden general para encadenar a los detenidos palestinos (sin importar cuán jóvenes o viejos) estaba allí. La forma de hacerlo variaba dependiendo de si fui detenida en la comisaría de policía de Binyamin cerca de Jerusalén o en el Tribunal Militar de Ofer cerca de Ramallah. Esta es también la razón por la que rehuí dar detalles y contar diferentes episodios de violencia contra los palestinos.
Es porque, para nosotros, pasar por un punto de control no es sólo una historia; es un momento de nuestro día. A veces más de uno. También es por eso que evito hablar de Nakba que los palestinos conmemoran cada año el 15 de mayo para marcar el despojo masivo de los palestinos en 1948. ¿Por qué hablar del pasado cuando el presente es violento y opresivo y requiere acción? El racismo siempre asume responsabilidades del pasado, mientras sea pasado, es válido, está bien.
Comencé este ensayo sugiriendo que el racismo trasciende Palestina o los palestinos. Cambié a Mahmoud Darwish por Martin Luther King. Hablé de las figuras y de momentos en mi experiencia personal en el sur de Estados Unidos, desde conversaciones en la clase hasta salutaciones en las paradas de autobús. Hablé del mundo académico y un momento de restricción física. Presenté estos momentos brevemente y traté de entrelazar estos puntos para construir un argumento. Puedo argumentar que estas narrativas están interconectadas de la misma forma que puedo argumentar que están separadas.
La cuestión sobre entender cómo funciona el racismo es que es como jugar una partida de ajedrez. Puedes encontrar patrones en el ajedrez, ciertos movimientos consecutivos que dan como resultado una victoria. Lo que pasa con el racismo es que no funciona sin piezas de ajedrez. El racismo no es el juego de ajedrez, son los que están jugando. Y en lugar de piezas individuales, se trata de comunidades enteras siendo movidas en diferentes direcciones, de hecho, movilizadas, tal como un jugador de ajedrez mueve una pieza. Por lo general, también se necesita más de un jugador.
Me baso en diferentes ejemplos para intentar capturar el contexto palestino con el racismo israelí, porque los antagonismos etnopolíticos se encuentran en un estado perpetuo de relaciones que transparecen a través de procesos superpuestos. Israel y Palestina. Una vez se me ocurrió la idea de que se les otorgara la ciudadanía israelí a todos los palestinos y que todos fuésemos Israel. Pero lo que me impide a mí y a otros de pensar de esta forma no es jingoísmo o patriotismo, es que ser israelí no es sólo un nombre. Es una identidad.
El problema con la colonización, el racismo y la opresión no es la identidad en sí misma. La identidad cambia al mismo tiempo que cambiamos como seres humanos. Es que enfrenta una identidad contra la otra. Es la imposición de una verdad que se construye para obligarnos a aceptar nuestros golpes. Se espera que los hombres, mujeres, niños y niñas esclavizados arrastren sus cadenas y sonrían a los visitantes del zoológico. El racismo no puede aceptar diferencias que requieran concordar con el hecho de que compartimos el mismo globo. Acepta la diferencia como una amenaza. No celebra la identidad, sino que enfatiza su grandeza aterrorizando. El racismo no es un pensamiento y no está separado. Es la forma en que priorizamos el acceso.
Eso es racismo en Palestina. No es la negación del palestino por parte de Israel; es el énfasis del palestino como criminal.
Mariam Barghouti | Palestina |
Es escritora e investigadora. Se graduó en la Universidad de Birzeit, Palestina en Literatura y Lengua Inglesa con especialización en Sociolingüística, y obtuvo un Magíster en Ciencias en la Universidad de Edimburgo, Escocia en Sociología y Cambio Global con especialización en Jerarquías Racializadas. Sus intereses de investigación académica son la sociología histórica global y la racialización intra-israelí. Ha trabajado en los campos del periodismo y reportaje, producción digital, defensoría y la investigación basada en pruebas y análisis de datos. Ha escrito sobre los desarrollos sociopolíticos en Oriente Medio, centrándose en el Levante. Sus comentarios políticos han aparecido en Al-Jazeera English, el New York Times y The Guardian, entre otros. Su investigación sociológica gira en torno a la dinámica social local-global, con especial atención en las políticas, el género, las desigualdades socioeconómicas y las relaciones de poder. Actualmente reside en Ramallah, Palestina.